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Contenido Temático

Saberes Previos o (Preguntas Orientadoras)

  1. ¿Por qué es fundamental acudir a los presupuestos de la Antropología Pedagógica para interpretar la cultura escolar?
  2. ¿Por qué es importante leer subjetividades en el marco propio de la investigación educativa?
  3. ¿Cómo leer los procesos de formabilidad, educabilidad y enseñabilidad desde las teorías antropopedagógicas de Runge?
  4. ¿Cómo hacer pesquisa desde los postulados de la Antropología Pedagógica?

Titulo unidad 3

cinta unidad 3

3. Nuevas subjetividades para interpretar la cultura.

 3 

Recuperado de CC

 

 3.1 Subjetividad y escuela.

3.1  

Recuperado de CC

 

A partir de las condiciones complejas de las situaciones históricas en las que el ser humano acepta el desafío de pensar la realidad y de pensarse a sí mismo, emergen diversas constelaciones conceptuales en las cuales el sujeto y la subjetividad ocupan posiciones que definen la densidad del territorio filosófico. 

La experiencia de la educación y específicamente de la escolarización como estructura constructiva de los procesos de subjetivación y de la temporalidad en sus tres dimensiones, despliega el aparato de las prácticas de la vida cotidiana como el ámbito existencial en el que los individuos concretos, en su particularidad, se van constituyendo en el juego de las sujeciones, desde los discursos a las prácticas no discursivas, y en los riesgos de las luchas a que los lanza el deseo de libertad.

La subjetividad, en términos generales, es un concepto polisémico y es resultado de una larga construcción histórica. La entendemos como un sistema complejo constituido por el sujeto que incorpora elementos simbólicos, sociales, culturales e históricos, resignificados desde una experiencia particular de cada quien, y como un sistema arraigado en el cuerpo, móvil y susceptible de cambio (Muñoz, 1996).

La escuela, a su vez, como “espacio en el que confluyen todas las fuerzas en su movimiento constante, constituye subjetividades, atrapadas en dispositivos de poder con propósitos diferentes; pero también posibilita fugas a los códigos” (Zuleta, 1995, p. 1).

3.2. Trazando subjetividades en diversos contextos socio culturales.

3.2

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Las representaciones sociales contienen una visión de subjetividad importante. Tales representaciones sociales ocupan un lugar preponderante dentro de la articulación de la subjetividad social y la individual (González, 1993), defendiendo la importancia del sujeto en su carácter generador en los espacios sociales en que actúa. Desde una perspectiva histórico-cultural, la subjetividad abre nuevas opciones para el desarrollo de las representaciones sociales y, sobre todo, permite una integración entre lo individual y lo social.

La subjetividad social es la forma en que se integran sentidos subjetivos y configuraciones subjetivas de diferentes espacios sociales, formando un verdadero sistema en el cual lo que ocurre en cada espacio social concreto, como familia, escuela, grupo informal, etc. está alimentado por producciones subjetivas de otros espacios sociales.

La organización subjetiva de esos conflictos en la familia expresa sentidos subjetivos en los que participan emociones y procesos simbólicos configurados en la subjetividad individual de las personas a partir de su acción en otros espacios de la subjetividad social. Desde esta perspectiva, las personas son verdaderos sistemas portadores, en su subjetividad individual, de los efectos colaterales y las contradicciones de otros espacios de la subjetividad social.

3.3 Antropología Pedagógica.

3.3

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3.3.1  Del pluriculturalismo desde la perspectiva de la antropología pedagógica

3.3.1

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La creciente complejidad de la sociedad moderna, la inclusión en su seno de grupos étnicos que paulatinamente se configuran como minorías y las respuestas sociales xenófobas y racistas que la nueva situación genera, obliga a todos los interesados en el tema: educadores, políticos y científicos sociales, a volver los ojos a los aportes antropológicos al respecto.

El desafío consiste en ver la diferencia cultural, no como un obstáculo a salvar sino como un enriquecimiento a lograr. La diversidad de los contactos culturales es la que le ha permitido desarrollar sus potencialidades.

En la actualidad, como lo explica García Castaño (citado por Dolores; 2009; p.5), desarrollando el análisis de Gibson, se abren ante el educador diferentes perspectivas que constituyen las respuestas posibles de la escuela ante la situación social del pluriculturalismo: — Procurar igualar las oportunidades sociales de los niños de los diferentes grupos étnicos, aumentando la competencia de éstos en la cultura dominante. — Centrar el interés en hacer conocer y valorar las diferencias culturales, como forma de contrarrestar la discriminación. — Proponerse como objetivo (institucionalmente) defender y desarrollar el pluralismo cultural en la sociedad. Para realizar la última propuesta, es necesario un cambio radical de la concepción del mundo, que considere la diferencia cultural como un bien en sí mismo. El desarrollo de marcos teóricos y propuestas prácticas que lleven a este resultado es el desafío que ha asumido la Antropología de la Educación.

3.3.2 Formabilidad y cultura

3.3.2

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El concepto fundamental de la pedagogía es la formabilidad del alumno; aunque para Runge (2011; p. 15) el concepto de formabilidad tiene un alcance más vasto. Éste se extiende incluso a los elementos de la materia. Conforme a la experiencia, se le puede seguir hasta en aquellos elementos que intervienen en el metabolismo de los cuerpos orgánicos. De la formabilidad de la voluntad hay rastros en las almas de los animales más nobles. Pero la formabilidad de la voluntad para la moralidad sólo la conocemos en los hombres.

La Bildsamkeit, raíz alemana de formabilidad, designa la condición que le permite al ser humano ser formado y ser educado. Desde entonces, ella representa el presupuesto y el principio para toda educación y toda formación.

Por tanto, por “formabilidad” podemos entender la cualidad adjudicada al ser humano de aprender y, sobre todo, de formarse. En un sentido más amplio, alude a la condición humana según la cual el ser humano no nace determinado, sino que determina y se determina a lo largo de su vida. Resalta, entonces, la apertura del ser humano como ser que antes que ser, deviene, se transforma, se forma. La formabilidad no se tiene, sino que es condición para que haya formación y, por tanto, para que se pueda dar aquélla a través de la educación. Dicho de otra manera, si el ser humano no fuera formable la educación no lograría ningún tipo de efecto y carecería de sentido (Runge; 2011; p.16).

3.3.3 Educabilidad y cultura: mirada a los sistemas de aprendizaje

3.3.3

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El término “educabilidad” o “Educable” es lo que es influenciable, mientras que “formable” designa sobre todo una condición inmanente, un proceso que tiene desarrollo interior propio –esto sin desconocer la participación de un exterior–.

En el caso de Runge lo que se quiere es proponer una relectura del concepto de “educabilidad” (formabilidad, Bildsamkeit) y vincularlo a la tradición alemana de la pedagogía que se muestra en relación con la formación(Bildung) –con las teorías de la formación y con la antropología pedagógica.

Efectivamente, el concepto de educabilidad es relacionado con la simple adquisición de saberes en el contexto escolar, específicamente, en el aprendizaje.

Con todo y lo anterior, en términos de aplicación, lo que se espera en esta unidad es que los maestrantes reconozcan que todo proceso pedagógico y/o profesional opera bajo los presupuestos de la formación, siendo ella el resultado de procesos culturales. Formación es cultura y, en consecuencia, las metodologías de la antropología pedagógica son imprescindibles a la hora de abordar elementos inherentes al hecho educativo. Por tanto, se quiere: que la antropología de la educación cumpla con dos condiciones:

  1. Debe ser elaborada con el máximo rigor lógico: sus productos deben ser referidos a esquemas de pensamientos teórico-prácticos, además de las emocionales.
  2. Poseer calidad explicativa y resolutoria del fenómeno educativo: el papel de la educación en el sistema sociocultural (sus limitaciones y eficacia) aproximándose a la Sociología de la Educación.

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