

1.1 Conceptualización sobre innovación

Fuente: ACPrevención (2018). Recuperado de: Creative Commons (CC)
Según Barraza (2005), el concepto de innovación educativa surge a fines de los años sesenta, pero no es sino hasta la década de los 70 que adquiere carta de naturalización en el discurso educativo contemporáneo Ello se debe, principalmente, a una serie de trabajos publicados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), entre los que destacan Cómo se realizan los cambios en la educación: una contribución al estudio de la innovación (Huberman, 1973), El tiempo de la innovación en materia de educación (UNESCO, 1975), e Innovación y problemas de la educación. Teoría y realidad en los países en desarrollo (Havelock y Huberman, 1980).
A partir de estos trabajos, la innovación educativa se constituye en un término que, de manera recurrente, aparece en el discurso educativo, sea en el campo de la política educativa (Pedro y Puig, 1999), o en el de la práctica profesional (Libedinski 2001, Moreno y Ferreira, 2004), sin olvidar su presencia en el campo de la formación de docentes (Calderón, 1999, Monné y Pujals, 2005), y más recientemente en el de la gestión institucional (Sancho et al. 1993, Gómez, 2002).
Sólo se puede conocer un concepto si se conoce su dominio de aplicación, esto es, sus límites. El dominio de aplicación del término innovación educativa está determinado por aquellos elementos que son solidarios a su esencia, que limitan con su propio contenido cognoscitivo el de aquel y que, por lo tanto, pertenecen a su mismo sistema conceptual.
En el sistema conceptual es necesario tener en cuenta varios aspectos:
a) Nuevo e innovación etimológicamente, el término innovación procede del latín innovare, que se deriva de novus (nuevo). Los tres componentes léxicos que constituyen el término orientan su significado a la incorporación de algo nuevo (Sánchez, 2005): in (prefijo que por lo regular tiene sentido de negación, en este caso significa ingreso o introducción), nova (que significa renovar, cambiar, novedad, hacer de nuevo, o simplemente nuevo) y ción (sufijo que implica acción, actividad o proceso). En ese sentido, sus componentes léxicos permiten, en un primer momento, definir a la innovación como la introducción de algo nuevo, pero ¿cómo se debe entender lo nuevo? Lo nuevo, en un sentido estricto, es asociado a lo que nunca antes había sido inventado, conocido o realizado, que se genera, se instituye o se presenta por primera vez; utilizando este significado de lo nuevo, las innovaciones serían en realidad escasas o raras, ya que no es común que surja algo nuevo en el sentido antes mencionado.
b) Mejora e innovación El significado esbozado, de nuevo deja abierta la posibilidad de que ese “algo nuevo” sea o no, motivo de una mejora; tan nuevo sería un método que facilita la comprensión de problemas con estructura aditiva como uno que la dificulta. Algunas veces, el término innovación es utilizado para designar una mejora con relación a métodos, estrategias, recursos didácticos, modos de organización grupal, etc., utilizados con anterioridad, pero la mejora por sí sola puede o no ser innovación. Por ejemplo, una estrategia de aprendizaje, como es el caso del mapa conceptual, puede mejorar porque se aplica con más conocimiento de causa o con más experiencia, y en este caso no hay una innovación.
c) Cambio e innovación Si se establece que la innovación significa la introducción de algo nuevo que produce mejora, el hecho de pasar de lo que se tenía antes a un estado de mejoría supone la presencia de un cambio. Sin embargo, no puede afirmarse que todo cambio sea una innovación; un cambio puede ocurrir incluso de manera no deliberada como consecuencia de la intervención de múltiples factores en una situación determinada. Por lo tanto, se puede afirmar que la innovación es algo más planeado, más deliberado, más sistematizado y más obra de nuestro deseo que del cambio que, por lo general, es más espontáneo. En ese sentido el aspecto definitivo y diferencial entre ambos términos es la intencionalidad de ese cambio (Sánchez). Las precisiones realizadas en los párrafos precedentes permiten una plena coincidencia con la definición que Richland (citado por Moreno), da de innovación: la innovación es la selección, organización y utilización creativas de recursos humanos y materiales de maneras nuevas y propias que den como resultado la conquista de un nivel más alto con respecto a las metas y objetivos previamente marcados.
d) Reforma e innovación Desde un punto de vista terminológico estricto, las diferencias entre innovación y reforma no son demasiado precisas, lo que conduce a que en la mayoría de las ocasiones se les use como sinónimos, porque la innovación y la reforma son conceptos que se relacionan con un orden de cosas preexistentes e implican la oportunidad de un cambio. Esta situación obliga a reconocer que la innovación y reforma educativa son, por lo menos en teoría, dos conceptos extremadamente relacionados. Aun así, en la práctica son a menudo conceptos más que interrelacionados, contrapuestos” (Pedro y Puig). Es así que vale la pena recordar que la innovación está más vinculada a la práctica profesional de lo que lo está la reforma y, por lo tanto, la interpela con mayor fuerza. El concepto de innovación implica el cambio, pero mediado por tres condiciones: 1. El cambio debe de ser consciente y deseado, por lo que se constituye en el resultado de una voluntad decidida y deliberada. 2. El cambio es producto de un proceso, con fases establecidas y tiempos variables. 3. El cambio no modifica sustancialmente la práctica profesional, esto es, el cambio se da dentro de los límites admisibles por la legislación y el statu quo establecido. Por su parte, la reforma implica un cambio del sistema en su conjunto; un cambio estructural que impacta lo curricular y las condiciones en que se ofrece un servicio. Las reformas sólo se pueden presentar precedidas por una acción política, y su consecuente marco legal, ya que el cambio impacta sustancialmente al sistema educativo. Las diferencias entre innovación y reforma tienen que ver con la magnitud del cambio que se quiere emprender.
1.2. Enfoques de innovación
1.2.1. Enfoques de innovación socio cultural

Fuente: Serca (2016). Recuperado de: Creative Commons (CC)
Innovación social son aquellas nuevas formas de llevar a cabo procesos con participación de la comunidad en su desarrollo.
La innovación social puede y debe aplicarse urgentemente en todos los campos: economía, salud, educación, medio ambiente, pero sobre todo no debe dejar fuera al individuo. Este tiene que formar parte de su propia innovación social. Las innovaciones se hacen para mejorar procesos, procedimiento, optimizar tiempos y mejorar la productividad en cualquier sector (Almanatura, 2012).
Cuando se hace innovación social es necesario responder esta pregunta:
¿Cómo innovar a partir de las necesidades del contexto?
Para ello en importante investigar, partiendo de un diagnóstico a profundidad de la problemática que nos permita identificar dónde estamos y hacia dónde queremos llegar, escogiendo los medios indicados.
Es indispensable conversar con la comunidad, escuchar sus necesidades y priorizar los potenciales beneficiarios de la innovación.
Importante realizar pilotajes que permitan probar la implementación de la innovación e iniciar procesos de verificación y validación antes de aplicar a una población en general la innovación.
Algunos puntos importantes que debe tener un proyecto de innovación social:
- Fomentar la participación ciudadana a partir del intercambio.
- Ayudar a expandir la capacidad de crear colaboraciones con otras instituciones u organismos. Involucrar varios lugares, organismos, etc. para reunir a los miembros.
- Generar una cultura de confianza.
Capacitar a los miembros que forma parte dándoles la posibilidad de enseñar a partir de sus experiencias y aprender de las de los demás (Educación expandida).
- Crear espacios que faciliten la participación ciudadana en la vida pública.
- Replicar las metodologías en otras instituciones y lugares.
- Que los eventos sean para todos sin discriminación.
- Es necesario colaborar con otros espacios que ya están trabajando en innovación social, agentes de cambio social, innovadores, creativos, artistas.
- Buscar recursos, experiencias, conocimientos dentro de los miembros del grupo y también en otras comunidades.
- Todas las ideas aportadas deben ser recogidas y valoradas.
- Empoderar a los individuos haciéndolos parte de su propio cambio social (Almanatura, 2012).
1.2.3. Enfoque de innovación ecológica

Fuente: Saint Gobain (Sf). Recuperado de: Creative Commons (CC)
La innovación ecológica es el desarrollo del proceso de innovación “hacia fuera”, generando impacto no sólo en el entorno más cercano y controlado por la empresa, sino en un ecosistema más amplio: ya sea un mercado, un grupo social, una zona poblacional, en el que dicha empresa pierde parte del control, pero en el que el impacto beneficioso de la innovación es mucho mayor (Sintetia, 2018).
Revisar el impacto externo
Asumir la existencia de ese impacto externo implica asumir, al mismo tiempo, cierta pérdida de control sobre la innovación. Del mismo modo que un producto en el momento que sale al mercado deja de pertenecer, en cierto modo, a la empresa que lo creó y es el cliente el que le da sentido y uso, también la innovación genera usos que no esperábamos y que pueden potenciar su utilidad, ya sea por la forma en que asume el cliente esa innovación (dándole utilidades que creíamos que no tenía, por ejemplo) o por desarrollos posteriores de otras empresas.
La innovación ha de crear ecosistemas, ha de favorecer la creación de relaciones de utilidad y valor entre el mercado, la sociedad y las empresas, de modo que seamos capaces de enriquecer la meta-innovación, es decir, todos los conocimientos, usos, principios y modelos que han construido una innovación en concreto y que pueden tener utilidad más allá de ese uso (Sintetia, 2018).
Revisar el impacto interno
Cualquier innovación, y posiblemente no tanto por su resultado como por el proceso del que nace, ha de dejar un poso de conexiones dentro de la organización, ha de facilitar la apertura o el fortalecimiento de canales de comunicación interdepartamental y transversal, de modo que genere, también aquí, ecosistemas de valor y conocimiento que supongan una mejora continua de la organización.
La Innovación Ecológica se llama así porque no se centra en un proceso, en un recorrido lineal con un principio y un fin, sino que trabaja en escenarios, en la intersección entre distintos actores, en el ecosistema. Más que una metodología es un enfoque, una forma de aceptar que el beneficio de una innovación no puede ser un beneficio cautivo, sino compartido. Y no sólo porque genere impactos positivos en el entorno, sino porque también los genera en la propia organización (Sintetia, 2018).
Recuerda desarrollar las actividades de la Unidad